La nostra societat s'ha acostumat a considerar el treball des d'una òptica econòmica, molt reduccionista, que el valora en tant que és una activitat remunerada. D'aquesta manera, treballs com el de tenir cura dels altres, una feina reservada sobretot al món domèstic o de la veïnada, espais en els que les dones han estat les protagonistes, han quedat desprestigiats. En la seva valoració, no només no es té en compte que és una feina essencial per la sostenibilitat de la nostra vida i la nostra quotidianitat, sinó també s'ha minimitzat --doncs no suposa un valor econòmic- les dosis d'energia emocional.
Cooperació, sostenibilitat, acompanyament, circuits emocionals, monedes alternatives, intercanvi de serveis, bústia de favors,.... Tots ells, conceptes que neixen d'aquesta experiència de la cura i l'atenció al dia a dia. Experiència de la que les dones, gràcies a la pròpia història, en som expertes i hem de proposar i reclamar com models d'actuació i resolució legítims, i del que totes les persones i institucions se n'haurien de responsabilitzar.
3 comentaris:
Imaginad por un momento que las mujeres dejásemos de realizar todas las tareas diarias...¿podrías traducirlo en euros de un trabajo remunerado?
Transcribo este artículo de Cristina Carrasco, que sabe mucho del trabajo doméstico.
Carrasco, Cristina
Mujeres, sostenibilidad y deuda social.
Revista de Educación Número Extraordinario 2009: Educar para el desarrollo sostenible
Tradicionalmente, los modelos elaborados desde la economía se han centrado exclusivamente en la economía de mercado, ocultando los procesos de reproducción humana que tienen lugar en el ámbito doméstico. De esta manera, la economía se ha mantenido desligada de lo social, como si fuese algo independiente, eludiendo toda responsabilidad sobre las condiciones de vida de las personas. El objetivo de este artículo es ofrecer una perspectiva diferente a la habitual, una mirada amplia que traspase la estrecha mirada masculina de la economía y permita visibilizar la relevancia del trabajo de cuidados en los procesos de reproducción y mantenimiento de la vida. Desde este nuevo enfoque, se reflexiona sobre el concepto de sostenibilidad de la vida humana como proceso que requiere recursos materiales pero también contextos y relaciones de cuidado y afecto. Proceso que permite dar cuenta de la profunda relación entre lo económico y lo social, y sitúa a la economía en una perspectiva diferente, cuya prioridad son las condiciones de vida de las personas, mujeres y hombres. Así, el concepto de sostenibilidad exige no sólo que la vida continúe –en términos humanos, sociales y ecológicos–, sino también desarrollar condiciones de vida aceptables para toda la población. Esta nueva perspectiva permite destacar una dimensión olvidada de la crisis actual, la crisis de los cuidados. En el plano aplicado, se postula la necesidad de una reorganización del trabajo que implique la organización social del cuidado. Lo cual significa situar las actividades de cuidado (que representan una parte importante de las condiciones de vida) como problema social y político de primer orden y debatir cómo asumirlo con la participación de mujeres y hombres, instituciones públicas y empresas privadas. Y en dicho debate, las personas que trabajan en el campo de la educación tienen una gran responsabilidad.
NOTÍCIA EL PAÍS, 4 DE MARZO DE 2011: Casi un tercio (31%) de las abuelas españolas dedica la mayor parte de su tiempo a cuidar a los nietos: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/31/abuelas/dedica/cuidar/nietos/elpepisoc/20110304elpepisoc_7/Tes
La Cura als altres
Desde hace un año estoy cuidando de una mujer afectada de Alzheimer, en Francia. No entraba en mis planes. Mi ilusion era vivir en comunidad rodeada de amigas, compañeras, compartir los años de la vejez con personas de mi edad y saborear la alegria de estar juntas. Cuidar, si, entre nosotras, mejorar la sociedad aportando toda nuestra experiencia adquirida durante la vida.
Ahora, despues de este año tan dificil, acepto esta realidad con alegria, paz y tranquilidad. Siempre se puede elegir? Posiblemente, pero para mujeres que como yo tenemos una edad respetable: 64 años y hemos cuidado de la familia durante toda nuestra vida, ahora nos encontramos sin medios suficientes para resolver el dia a dia, nos queda la dependencia de los hijos y seguir cuidando. Yo he tenido mucha suerte pues vivo en un entorno muy hermoso y tengo unas hijas en las que he encontrado un apoyo increible. Intento dar el respeto y el cariño que merece esta compañera aquejada de este mal espantoso que nos hace completamente dependientes. Mi sueño, alejado, ya no me aporta sufrimiento, solo desencanto de lo que hubiera podido ser.
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